miércoles, 2 de agosto de 2017

EL MISTERIO DE LAS ROSAS

Una mañana el sabio Feng fue a visitar a Pao, un jardinero muy habilidoso que cultivaba unas rosas muy hermosas.Sin embargo, no eran tan bellas como las que cultivaba Tsu-Ling.
Ambos jardineros se odiaban desde mucho tiempo atrás.

-Estoy muy sorprendido Pao, -dijo Feng. Pasé por el jardín de Tsu-Ling y sus rosas estaban destruidas por la sal.
-Yo odio a Tsu-Ling pero no a sus rosas, ¿no pensarás que yo fui el culpable?-le dije.
Feng sabía que yo era un buen hombre y no me creía capaz de semejante maldad.
Feng esperó al anochecer para visitar el jardín de Tsu-Ling y obtener respuestas.
Paseó por el jardín toda la noche y no vio a nadie. Sin embargo, al otro día, observó que las rosas nuevamente estaban repletas de sal.
Feng comenzó a sospechar que era Tsu-Ling el que tiraba sal sobre las rosas, solo le faltaba saber el porqué. Siendo sabio, no tardó en entenderlo.
Tus-Ling le había contado a Feng que su esposa había desaparecido, pero Feng se dio cuenta de lo que había pasado realmente. Tsu-Ling había asesinado a su esposa y la había enterrado en el jardín donde nacieron las rosas que reflejaban la belleza de la mujer.
Feng no lo delató a la policía pero lo obligó a Tsu-Ling a seguir cultivando el jardín.
Yo estaba muy intrigado y le pregunté a Feng si había descubierto al culpable pero Feng me ocultó la verdad.
Pasaron unos meses y un día Feng me preguntó por Tsu-Ling. Le conté que se había pinchado con una espina de sus rosas y había muerto.
-Yo amo las rosas y, luego de la muerte de Tsu
-Ling, pensé en cuidar su jardín pero la belleza de esas rosas me confunden -le dije a Feng.
-No te preocupes-me dijo; esas rosas se cuidan por sí mismas.